Si hay un alimento ligado a la cultura mediterránea es el aceite de oliva y Castellón cuenta con un verdadero mar de olivos con ejemplares que superan los 2.000 años de edad. Si bien podemos encontrar olivos en todo el territorio, destaca la comarca del Baix Maestrat que alberga la mayor densidad mundial de olivos milenarios, un paisaje de gran belleza que ofrece multitud de actividades.
La mejor forma de sumergirte en la cultura del aceite de Castellón es visitar los campos de olivos y las almazaras para conocer la elaboración del aceite de oliva virgen extra utilizando variedades autóctonas como la Farga, la Serrana de Espadán, la Canetera o la Borriolenca.
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