Los cultivos de mandarinas y naranjas se extienden a lo largo de la costa castellonense, conformando un paisaje de gran belleza caracterizado por su color y el aroma de las flores de azahar. La mayor concentración se encuentra en la Plana Baixa y la Plana Alta que cuentan con las condiciones perfectas para su cultivo por la calidad de sus suelos y el clima mediterráneo.
La visita a sus fincas de cultivo permite descubrir las características excepcionales de estos cítricos, siendo la Clemenules – también denominada la reina de las mandarinas -, la variedad más cultivada y autóctona de la localidad de Nules.
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